26 ago 2009

De agitados olhares

08/08/09

Frenéticos los dedos comenzaron a bailar. A su lado, él esperaba paciente alguna señal para empezar a vivir y sumergirla en ese mundo paralelo que ahora le correspondía ocupar.

La novedad penetró el ambiente con gracia y la alejó con suavidad de su único contacto con su otro yo. Escucharon acordes desconocidos, intercambiaron miradas y algunas palabras sin sentido para romper el silencio de sus gargantas.

Afuera, el sol ardía y el cielo resplandecía azul. Salió de su ensimismamiento. Ahí recordó dónde se hallaba y se dejó llevar por el deseo de salir a sentir ese calor nuevo que pocas veces experimentó en su país, lejos de su ciudad.

Entró en el agua y nadó un poco. Él observaba desde el otro extremo de la piscina, atento. Se sonreían desde la distancia. Llegó Tatiane, la pequeña que ahora sería su nueva hermana y saltó al agua, para hacer todo tipo de preguntas en una mezcla de inglés y español. Él continuaba en silencio y escuchaba la conversación, mientras observaba esa piel blanca que poco conocía el sol.

Sol y temperatura bajaron: llegó el momento de escuchar la voz de los suyos. Empezaba a sonar extraño el idioma que la vio nacer. Al colgar el teléfono, sintió el cansancio posarse sobre sus pies, rodillas, abdomen, senos, cuellos, mejillas y ojos. Con una caricia suave la hizo despojarse de la ropa y meterse entre los cobertores.

Al abrir los ojos, empezaba una nueva vida.

My eyes in here